Iba
a escribir acerca de lo que me disgusta que tengamos que celebrar este día,
porque es el día en el que nos afanamos más en concienciar y en dar
visibilidad, en defender algo que no tendría que defenderse, porque para eso
están los Derechos Humanos. Pero no voy a hacerlo, me quedo aquí y enfatizaré
lo positivo, que lo hay, y mucho, porque bastante malo tenemos ya en estos
momentos...
Cuando inicié mi carrera
docente, era impensable que el alumnado con TEA estuviera en centros
ordinarios, mucho menos la cantidad de ellos/as que, por fortuna, están ya
escolarizados en aula ordinaria. Los colegios cada vez reflexionan más acerca
de una atención a la diversidad más justa; ya hay senderos hacia la inclusión
y, el autismo, con algunas de sus características más generales, ha
transformado muchos centros haciéndolos más accesibles y mejores para todas las
personas.
El Equipo Técnico Provincial
para la Orientación Educativa y Profesional (ETPOEP) de la Delegación
Territorial de Córdoba, nos convocó la pasada semana, vía videoconferncia, a
las tutoras de las 22 aulas específicas para alumnado con TEA de Córdoba, para
coordinar la atención que estamos llevando desde casa, hacia nuestro alumnado y
sus familias, pidiéndonos que prioricemos el estado emocional que esta
situación está suponiendo para ellas. De ahí surgió un compromiso para
continuar el contacto semanalmente, compartir experiencias, sensaciones y,
sobre todo, para no perder esa línea inicial que tanto nos recalcaron desde
dicho equipo: el apoyo emocional.
Que se nos pida eso, dejando
atrás estadísticas de avances, estándares y todas de esas herramientas
educativas que, aunque sean necesarias para medir la calidad, no tienen ningún
valor en momentos como este, dice mucho del necesario avance hacia la inclusión:
la humanización de la enseñanza, la priorización de la persona para, después,
poder abordar muchos otros aspectos.
Por algo uno de los
principios del Diseño Universal para el Aprendizaje es Proporcionar
múltiples formas de implicación, colocando el componente emocional como uno
de los pilares imprescindibles para que se pueda dar dicho aprendizaje.
Por algo, en esta crisis
sanitaria mundial, muchos/as profesionales, cada uno/a en su campo, están
haciendo un trabajo especializado imprescindible, pero es el factor humano el
que lo está marcando todo, para mal o para bien.
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